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El Blog de la Hiperactividad

Fracaso Escolar- Parte 1

Promediando la primera mitad del ciclo lectivo vale la pena que padres y docentes reflexionemos sobre algunas causas que pueden originar el “fracaso escolar”.

Diferentes fuentes definen el fracaso escolar como la “incapacidad de un individuo para alcanzar los objetivos educativos propuestos por el sistema o centro escolar, para un determinado nivel curricular”.

Podría ampliarse esta definición cuando se considera que un niño no es capaz de alcanzar el nivel de rendimiento medio esperado para su edad y nivel pedagógico.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) aproximadamente el 70% de los niños que fracasan en la escuela presentan problemas con trastornos específicos del aprendizaje. Sólo un 20% de estos trastornos en la infancia acceden a un Servicio de Salud Mental para ser tratados. Estos casos, con la atención adecuada durante la infancia podrían prevenir futuras alteraciones en su inserción tanto social, como laboral y familiar en su edad adulta.

Estos casos presentan mayor tasa de abandono y los resultados académicos más bajos comparados con cualquier otro grupo de discapacidades.

 En el presente informe desarrollaremos algunos trastornos que dependiendo de una detección temprana y adecuado tratamiento a cargo de los especialistas evitarían posibles fracasos escolares.

 

Trastornos por Déficit de Atención (TDA)

 

Es una patología que se expresa a través de manifestaciones conductuales y que tiene una base biológica. Afecta aproximadamente el 5% de la población infantil y se presenta con más frecuencia en varones que en mujeres (en una proporción de 3 a 1).

Se compone básicamente de tres características:

  • Problemas para mantener la atención.

  • Impulsividad.

  • Hiperactividad.

 

El TDA/H (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) es una de las causas más frecuentes de fracaso escolar.

Este trastorno no es nuevo, en Europa aparece ya en 1902, en textos pediátricos. Recién en la década del 80 se afirma que la dificultad más persistente es la de la atención, por este motivo adquiere el nombre con el que hoy lo identifican los especialistas.

Se reconocen tres subtipos:

  • Predominantemente desatento.

  • Predominantemente hiperactivo-impulsivo.

  • Combinación de ambos aspectos.

Estas tres conductas se presentan en distinto grado de acuerdo a cada individuo.

 

La hiperactividad se observa en el niño desde una edad temprana. Son muy inquietos desde que comienzan a caminar, parecen inagotables, están en movimiento constante. Les cuesta permanecer sentados si la situación lo requiere y se levantan a cada rato hasta que son reprendidos por sus padres o maestros, para volver a hacer lo mismo a los cinco minutos.

 

La impulsividad hace parecer a estos niños atropellados e impacientes. Les cuesta esperar su turno en juegos o actividades grupales, interrumpen como si quisieran ser siempre el centro de atención.

En cuanto a este déficit, los maestros notan que el niño se distrae mucho en clase, deja incompletas sus tareas. En casa, dan la impresión de no escuchar cuando se les habla, cometen errores por descuido, hay que repetirles las cosas varias veces para que las hagan, hay que estar a su lado para que hagan la tarea escolar, son olvidadizos, pierden útiles, no recuerdan dónde dejan sus cosas ni que hay que llevar al colegio al día siguiente, etc.

La desatención es una alteración por la cual el individuo se ve imposibilitado de prestar atención sostenida a lo que no encuentra motivador. La impulsividad hace que actúe antes de pensar las consecuencias, lo que implica, en algunos casos, pagar precios muy altos por sus conductas.

 

La vida familiar

 

Las madres de estos niños suelen ser citadas con asiduidad en los colegios. Esto repercute en toda la dinámica familiar. En otros casos, las madres ante las tareas incompletas de sus hijos, llaman por teléfono a los compañeros y ubican al hijo en el lugar del que no puede solo.

Las tareas alteran también otros hábitos familiares, ya que por lo general se extienden más de lo previsto, por ejemplo, terminada la cena y repercuten en el descanso familiar. En estas sencillas manifestaciones se puede observar la ruptura del equilibrio familiar, estados de nerviosismo, disconformidad y contención para los demás miembros de la familia.

 

La vida escolar

 

Los niños con desatención fallan en la organización para el estudio, con carpetas pobres en contenidos, por consiguiente carentes del material necesario para estudiar y para hacer sus tareas. El resultado inevitable es el  fracaso escolar.

Esta desatención se agrava al complejizarse el aprendizaje y con ello, también permanecen las dificultades para organizarse, planificar y recordar información.

 

Además de los conflictos familiares e institucionales, otra área es la relación con sus pares, ya que son más irritables, tienen estallidos de indignación más frecuentes, actitudes autoritarias, extrema sensibilidad a la crítica, respuestas desproporcionadas, lo que lleva a que sean rechazados.

 

Diagnóstico y tratamiento

 

El diagnóstico del TDA es clínico y se basa en la historia sintomática del niño y de su desarrollo en las etapas evolutivas, recolectando información de diferentes fuentes como padres, amigos, docentes, etc.

No se evidencia por exámenes complementarios como electroencefalogramas. La evaluación sin los datos del rendimiento del niño en la casa y en la escuela no permite el diagnóstico.

La intervención terapéutica más adecuada es la multidisciplinar, ya que el trastorno afecta distintas facetas de la vida. El tratamiento será planificado para cada paciente.

El niño tratado comenzará a tener pequeños logros que mejorarán su autoestima, lo que estimulará sus conductas y mejorará su rendimiento.

Un correcto diagnóstico y una adecuada intervención terapéutica permitirán que estos niños puedan desarrollarse adecuadamente, alcanzar su potencial y, de esta manera, se beneficiarán principalmente él, pero también su familia y toda la sociedad, recuperando a un individuo pleno.

 

LILIANA A. COMITO

Profesora para la Enseñanza Primaria

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