DESDE MENDOZA ARGENTINA
La hiperactividad en jóvenes y adultos
"El desarrollo de las cualidades humanas requiere de algún modo métodos terapéuticos que no sean sólo los de reparar los déficit y problemas".
por Claudio Michanie y Eleonora Giusti (*) |
Los adultos y jóvenes con TDAH suelen enfrentar obstáculos cotidianos que están frecuentemente referidos a los problemas que les ocasionan la falta de organización y planeamiento de tareas y objetivos, la escasa atención sostenida en las conversaciones, en la lectura y en la organización de papeles, la postergación de las obligaciones (procrastinación), la mala administración del tiempo, y la toma de decisiones en forma impulsiva. Como consecuencia de todo ello las relaciones interpersonales se ven afectadas (problemas en las relaciones familiares, con la pareja y en la crianza de los hijos), así como también el desempeño laboral y académico que en estos casos suelen ser inferiores a las capacidades intelectuales de la persona.
Los síntomas principales mencionados no son el único problema que se les presentan a los adultos con esta condición. A menudo la historia de fracasos, las dificultades interpersonales, la baja autoestima y una actitud derrotista que desarrollan a partir de dichos síntomas son aún más dañinas que los síntomas principales.
Estos “problemas asociados” junto con la coexistencia con otros trastornos psiquiátricos (como trastornos depresivos, ansiosos, o abuso de sustancias) son los que llevan a estos individuos a buscar ayuda profesional, más que los problemas principales del desorden atencional.
Dentro de los abordajes psicosociales para el TDAH, la psicoterapia cognitivo conductual, es un modelo terapéutico que dadas sus características resulta ser efectivo en el tratamiento de esta problemática. Las técnicas de resolución de problemas y de afrontamiento del estrés y ansiedad son herramientas básicas para el clínico ya que apuntan a trabajar sobre objetivos específicos tales como, mantener foco en tareas y actividades, disminuir la postergación indefinida y crónica de las mismas, anticipar y planificar las actividades, aprender a establecer prioridades y disminuir la ansiedad que genera el tener que hacer frente a las demandas laborales o académicas.
Para lograr alcanzar dichas metas los enfoques psicosociales más tradicionales para TDAH describen principalmente intervenciones de tipo reeducativo, centradas en el aspecto conductual y en el análisis funcional de los síntomas derivadas de los enfoques neuropsicologicos de rehabilitación.
Sin embargo en nuestra experiencia, los cambios que se desean alcanzar son difíciles de implementar, y más aún de sostener en el tiempo si no se toman en cuenta los obstáculos cognitivo-emocionales que, como señala McDermott, desencadenan una espiral descendente de emociones que suelen acompañar al padecimiento crónico de esta problemática y que resultan ser fuertes impedimentos para la utilización y aplicación efectiva de las estrategias conductuales antes mencionadas. La desregulación emocional y la evitacion cognitiva son aspectos centrales a considerar en el tratamiento del TDAH y en el diseño de las intervenciones.
En la actualidad las fronteras en terapia cognitiva se han extendido hacia la profundización del aprendizaje, el desarrollo y promoción de las cualidades humanas positivas. El desarrollo de las cualidades humanas requiere de algún modo métodos terapéuticos que no sean sólo los de reparar los déficit y problemas.
Fundamentalmente construir cualidades requiere que el terapeuta adopte una lente y filosofía diferente. Implica trabajar en la dirección de descubrir las fortalezas encubiertas. Desde esta perspectiva, dirigir la psicoterapia hacia los aspectos más resilientes del paciente es crear las condiciones desde las cuales el paciente pueda utilizar el mejor aprovechamiento de sus habilidades existentes – (talentos y capacidades), así como también beneficiarse con aquello que la medicación le pueda ofrecer para construir habilidades nuevas, que le permitan desarrollar una calidad de vida más plena y satisfactoria.
Conductas, Emociones y Creencias en el TDAH
La conceptualización de los aspectos cognitivo-emocionales del adulto con TDAH describe la activación de una modalidad que le es propia. Estos sujetos una vez enfrentados a una tarea poco atractiva o que requiere un esfuerzo atencional, experimentan inmediatamente una serie de pensamientos negativos en cascada y un estado intermitente de disforia que culmina en la evitación de la tarea o la postergación de la misma.
Juan, igual que sus compañeros de facultad disfruta de los partidos de fútbol y de ir a la cancha juntos. La diferencia entre Juan y sus compañeros que no tienen TDAH, se pone de manifiesto cuando advierte que se aproxima una fecha de examen. Tan pronto comienza a pensar en preparar la materia inmediatamente se activan una serie de pensamientos negativos. “Debería haber empezado antes”, “Siempre dejo todo para el último momento”, “me presentaré cuando la prepare mejor” etc., y luego creencias o esquemas más profundos, “nunca puedo hacer nada bien”, “soy un mal estudiante”.
Como resultado de este modo de pensar y para evitar las emociones displacenteras que emergen (culpa, bronca, mal humor), Juan anula (evitando pensar o postergando) cualquier intento de programar y organizar “paso a paso” la realización de la actividad. De modo que la evitación o postergación indefinida serían utilizadas como “pseudo estrategias” que lo “protegen” en lo inmediato frente al estrés que le genera abocarse a esa tarea o actividad.
TDAH: Descubriendo las fortalezas encubiertas
El TDAH es un trastorno de base neurobiológica que se manifiesta en la conducta, tiene un curso crónico y está asociado a un malestar significativo. Su tratamiento requiere un abordaje multimodal que tenga en cuenta los diferentes aspectos del problema, biológico, emocional, conductual y relacional, utilizando para ello una integración de diversos recursos terapéuticos. La psicoterapia cognitiva tiene un rol central no sólo para ayudarlo a hacer frente a la dificultad mediante estrategias de afrontamiento sino para desarrollar un sentido de resiliencia y competencia.
Las dificultades que tienen estos pacientes: falta de foco y concentración, problemas con la memoria de trabajo, y la dificultad para sostener tareas, se ponen de manifiesto también durante el tratamiento. Si estas se interpretan erróneamente como puramente resistenciales o debidas a falta de motivación para el cambio, llevará probablemente a que se produzcan fricciones en la relación terapéutica y deserciones prematuras del tratamiento.
Poder valorar adecuadamente el sustrato neuropsicológico de las mismas ayudará al terapeuta a tener una mejor empatía con el paciente y a trabajar en la dirección de descubrir sus fortalezas encubiertas, tomando las recaídas y retrocesos como dificultades a resolver en lugar de atribuirlas a trastorno de personalidad o falla moral.
Las adaptaciones recomendadas para la psicoterapia sugieren un mayor énfasis en aspectos tales como:
· La relación terapéutica continente y flexible
· El uso del humor; resaltar aspectos positivos.
· Tomar en cuenta las emociones y sensaciones que acompañan las conductas.
· La intención positiva de los estilos desadaptativos.
· Rescatar aspectos multisensoriales (corporales, visuales, auditivos, imágenes, recuerdos etc).
· Temas recurrentes (esquemas limitantes).
· Aspectos de la infancia y su evolución en el tiempo.
En nuestra experiencia el tratamiento combinado de medicación y psicoterapia cognitivo-conductual logra mejorar la sintomatología del TDAH y permite adquirir habilidades que los pacientes mantienen por años. Los cambios en la manera de pensar acerca de sí mismos, en sus emociones y conductas dan cuenta de ello.
Los autores: Claudio Michanie y Eleonora Giusti son docentes a cargo del seminario “Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) del Niño al Adulto”, que se realizará el 25 de octubre en el Paseo La Plaza
Estos “problemas asociados” junto con la coexistencia con otros trastornos psiquiátricos (como trastornos depresivos, ansiosos, o abuso de sustancias) son los que llevan a estos individuos a buscar ayuda profesional, más que los problemas principales del desorden atencional.
Dentro de los abordajes psicosociales para el TDAH, la psicoterapia cognitivo conductual, es un modelo terapéutico que dadas sus características resulta ser efectivo en el tratamiento de esta problemática. Las técnicas de resolución de problemas y de afrontamiento del estrés y ansiedad son herramientas básicas para el clínico ya que apuntan a trabajar sobre objetivos específicos tales como, mantener foco en tareas y actividades, disminuir la postergación indefinida y crónica de las mismas, anticipar y planificar las actividades, aprender a establecer prioridades y disminuir la ansiedad que genera el tener que hacer frente a las demandas laborales o académicas.
Para lograr alcanzar dichas metas los enfoques psicosociales más tradicionales para TDAH describen principalmente intervenciones de tipo reeducativo, centradas en el aspecto conductual y en el análisis funcional de los síntomas derivadas de los enfoques neuropsicologicos de rehabilitación.
Sin embargo en nuestra experiencia, los cambios que se desean alcanzar son difíciles de implementar, y más aún de sostener en el tiempo si no se toman en cuenta los obstáculos cognitivo-emocionales que, como señala McDermott, desencadenan una espiral descendente de emociones que suelen acompañar al padecimiento crónico de esta problemática y que resultan ser fuertes impedimentos para la utilización y aplicación efectiva de las estrategias conductuales antes mencionadas. La desregulación emocional y la evitacion cognitiva son aspectos centrales a considerar en el tratamiento del TDAH y en el diseño de las intervenciones.
En la actualidad las fronteras en terapia cognitiva se han extendido hacia la profundización del aprendizaje, el desarrollo y promoción de las cualidades humanas positivas. El desarrollo de las cualidades humanas requiere de algún modo métodos terapéuticos que no sean sólo los de reparar los déficit y problemas.
Fundamentalmente construir cualidades requiere que el terapeuta adopte una lente y filosofía diferente. Implica trabajar en la dirección de descubrir las fortalezas encubiertas. Desde esta perspectiva, dirigir la psicoterapia hacia los aspectos más resilientes del paciente es crear las condiciones desde las cuales el paciente pueda utilizar el mejor aprovechamiento de sus habilidades existentes – (talentos y capacidades), así como también beneficiarse con aquello que la medicación le pueda ofrecer para construir habilidades nuevas, que le permitan desarrollar una calidad de vida más plena y satisfactoria.
Conductas, Emociones y Creencias en el TDAH
La conceptualización de los aspectos cognitivo-emocionales del adulto con TDAH describe la activación de una modalidad que le es propia. Estos sujetos una vez enfrentados a una tarea poco atractiva o que requiere un esfuerzo atencional, experimentan inmediatamente una serie de pensamientos negativos en cascada y un estado intermitente de disforia que culmina en la evitación de la tarea o la postergación de la misma.
Juan, igual que sus compañeros de facultad disfruta de los partidos de fútbol y de ir a la cancha juntos. La diferencia entre Juan y sus compañeros que no tienen TDAH, se pone de manifiesto cuando advierte que se aproxima una fecha de examen. Tan pronto comienza a pensar en preparar la materia inmediatamente se activan una serie de pensamientos negativos. “Debería haber empezado antes”, “Siempre dejo todo para el último momento”, “me presentaré cuando la prepare mejor” etc., y luego creencias o esquemas más profundos, “nunca puedo hacer nada bien”, “soy un mal estudiante”.
Como resultado de este modo de pensar y para evitar las emociones displacenteras que emergen (culpa, bronca, mal humor), Juan anula (evitando pensar o postergando) cualquier intento de programar y organizar “paso a paso” la realización de la actividad. De modo que la evitación o postergación indefinida serían utilizadas como “pseudo estrategias” que lo “protegen” en lo inmediato frente al estrés que le genera abocarse a esa tarea o actividad.
TDAH: Descubriendo las fortalezas encubiertas
El TDAH es un trastorno de base neurobiológica que se manifiesta en la conducta, tiene un curso crónico y está asociado a un malestar significativo. Su tratamiento requiere un abordaje multimodal que tenga en cuenta los diferentes aspectos del problema, biológico, emocional, conductual y relacional, utilizando para ello una integración de diversos recursos terapéuticos. La psicoterapia cognitiva tiene un rol central no sólo para ayudarlo a hacer frente a la dificultad mediante estrategias de afrontamiento sino para desarrollar un sentido de resiliencia y competencia.
Las dificultades que tienen estos pacientes: falta de foco y concentración, problemas con la memoria de trabajo, y la dificultad para sostener tareas, se ponen de manifiesto también durante el tratamiento. Si estas se interpretan erróneamente como puramente resistenciales o debidas a falta de motivación para el cambio, llevará probablemente a que se produzcan fricciones en la relación terapéutica y deserciones prematuras del tratamiento.
Poder valorar adecuadamente el sustrato neuropsicológico de las mismas ayudará al terapeuta a tener una mejor empatía con el paciente y a trabajar en la dirección de descubrir sus fortalezas encubiertas, tomando las recaídas y retrocesos como dificultades a resolver en lugar de atribuirlas a trastorno de personalidad o falla moral.
Las adaptaciones recomendadas para la psicoterapia sugieren un mayor énfasis en aspectos tales como:
· La relación terapéutica continente y flexible
· El uso del humor; resaltar aspectos positivos.
· Tomar en cuenta las emociones y sensaciones que acompañan las conductas.
· La intención positiva de los estilos desadaptativos.
· Rescatar aspectos multisensoriales (corporales, visuales, auditivos, imágenes, recuerdos etc).
· Temas recurrentes (esquemas limitantes).
· Aspectos de la infancia y su evolución en el tiempo.
En nuestra experiencia el tratamiento combinado de medicación y psicoterapia cognitivo-conductual logra mejorar la sintomatología del TDAH y permite adquirir habilidades que los pacientes mantienen por años. Los cambios en la manera de pensar acerca de sí mismos, en sus emociones y conductas dan cuenta de ello.
Los autores: Claudio Michanie y Eleonora Giusti son docentes a cargo del seminario “Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) del Niño al Adulto”, que se realizará el 25 de octubre en el Paseo La Plaza
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