DESDE LEON
La presidenta de la recién creada asociación aboga por exigir los mismos objetivos académicos a estos niños, pero respetando sus peculiaridades
Enma Cantera se ha convertido en la cara visible y la voz de las 45 familias de la provincia que acaban de formar la asociación de afectados por el trastorno del déficit de atención y la hiperactividad. A través de múltiples ejemplos, Enma convence de que los afectados son niños normales y a los que se les pueden exigir los mismos objetivos académicos que al resto, pero siempre respetando sus peculiaridades. «Se les debe hacer el mismo examen, pero con más tiempo, o se les debe dejar a veces levantarse en clase», asegura.
-¿Cuáles son los objetivos con los que nace la asociación?
-Orientar a las familias que tienen algún miembro que padece este trastorno e informar también a los educadores sobre los mecanismos para tratar a estos niños en el día a día. También nos proponemos prestar un servicio terapéutico durante las tardes, y otro reto importante es conseguir un psicodiagnóstico correcto. La asociación surgió en el seno del centro de profesores CFIE, donde se ofreció un curso para preparar a los profesores que tengan en sus clases alumnos con este trastorno. A partir de ahí, se puso en marcha la asociación y ya hay además muchas empresas privadas que han colaborado altruistamente con nosotros para que todo vaya adelante.
-¿Cómo se detecta este síndrome de déficit de atención e hiperactividad?
-Hay mucha confusión entre la población, porque son muchas las personas que confunden el déficit de atención e hiperactividad con los niños movidos o distraídos. Hay muchísimos niños inquietos que no tienen este síndrome, que es de carácter neurobiológico y que tiene tres síntomas claros: la impulsividad, el déficit de atención y la hiperactividad, que pueden darse combinados o por separado. Es importante un diagnóstico claro para poder tratarlo.
-¿Necesitan una educación especial los niños que la padecen?
-Tienen que tener la misma educación que el resto de los niños. Sin embargo, los profesores deben tener en cuenta que en algunas cuestiones tienen que tener unos condicionantes especiales con ellos, como por ejemplo permitirles algo más de tiempo para hacer un examen. Saben hacerlo como el resto, pero por su problema precisan algo más de tiempo. Incluso en ocasiones, se les debe permitir levantarse en clase. Se les deben exigir los mismos objetivos que el resto, porque ellos son perfectamente capaces de alcanzarlos, aunque con algunas connotaciones. Es importante que el profesor, en el colegio, y la familia, en casa, sean sus cómplices y sepan que, en ocasiones, no es que no quiera hacerlo, es que no puede.
Medicación y terapia
-¿Cuáles son sus necesidades?
-Los niños necesitan medicación y terapia combinada, en la mayor parte de los casos. Además, es fundamental que haya un diagnóstico claro. A algunos niños no se les diagnostica hasta los 14 años y durante todo ese tiempo se les tacha de vagos, de inmaduros y de niños problemáticos porque no se adaptan. Antes de los 7 años es muy difícil establecer un diagnóstico, pero es importante hacerlo cuanto antes.
-¿Están tanto los profesores como las familias preparadas para detectar estos casos?
-Yo considero fundamental establecer cuanto antes un diagnóstico. En muchos casos ocurre que no lo ven, que se les cataloga de vagos, que están en la luna, y debemos saber que cuando un niño con trastorno del déficit de atención e hiperactividad no hace algo no es porque no quiere, sino porque no puede. Se les olvida en muchos casos lo que tienen que hacer mientras van a hacerlo, porque tienen una falta de dopamina en el cerebro. Necesitan su medicación, como un diabético necesita la insulina.
ENTREVISTA COMPLETA AQUI: http://www.nortecastilla.es/20090427/palencia/profesor-familia-deben-implicar-20090427.html
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